Visitamos el lugar entre semana por la noche. Aparcamos el coche en un supermercado cercano y de allí caminamos con nuestras linternas hasta llegar a una parte lateral/trasera de la propiedad. Entramos por una lámina despegada, suficiente espacio para entrar aunque puedes ocasionar mucho ruido si lo haces sin cuidado. Entramos y caminamos sobre la maleza considerando la presencia de serpientes, pero nada; de hecho, de toda vida animal acá, lo más grande que encontramos fueron pequeñas lagartijas; anyway, que entramos por la parte lateral y dimos con la piscina, la bordeamos hasta llegar al centro, donde hay una escalera que te sube directamente uno o dos pisos (en la parte central). Wow con el edificio; ese arco y el deterioro de 16 años abandonado le dan un toque muy emocionante. Subimos solo una de las torres porque, cuando estábamos por el tercer/cuarto piso en una habitación con grafitis de otros urbex, nos alumbraron con linternas desde la entrada principal de la propiedad. Y de allí se fueron acercando de a poco: tres personas con bicicletas. Ni nos alcanzó a dejar nuestra nota en las paredes del Sonesta. Pero tampoco nos fuimos, lo último que queríamos era bajar para encontrárnoslos; y en la noche, ¿qué era más fácil? Pues seguir subiendo y, en el peor de los casos, escondernos.

Así que fuimos piso por piso explorando la torre. Dos sectores de escaleras, en el medio lo que iban a ser los elevadores. Cocina y baños construidos en todas las habitaciones, con ventiladores doblados como una flor cerrada y grandes estructuras circulares caídas en cada balcón principal. Vimos algunas botellas de uso reciente, quizás de días (o semanas) atrás. Una habitación cerrada a la que preferimos no entrar porque alrededor todo se sentía más pulcro que el resto de los espacios.

Cuando estábamos explorando la zona contraria a la que nos spotearon la primera vez, encontramos a dos personas más, independientes de las otras, en la planta baja por la zona contraria a la que nosotros entramos. Asumimos que eran otros chicos haciendo urbex, pero un rato más tarde, las personas con luces que nos alumbraron (que estamos casi seguros que eran seguridad) se hallaban alrededor de donde vimos a los primeros chicos. Siguieron alumbrando las ventanas alrededor de todas las torres y en algún punto se fueron, nunca entraron a ninguna torre.

Subimos hasta la terraza donde tienes una vista completa de Jacó y el resort completo a tu alrededor. Es muy top. El sistema de los elevadores también da mucha curiosidad. Escuchamos dos ruidos fuertes en la planta previa a la terraza, pero no encontramos a nadie más. En fin, otro pedo la terraza y tener a un salto adrenalínico de distancia otros dos edificios en sus lados izquierdo y derecho, hahaha. Acá respiramos y decidimos ir directo a abajo y salir. Fuimos hasta las primeras plantas que evitamos al principio, donde no había habitaciones sino espacios amplios que podían ser lobby’s o estacionamiento. Volvimos por donde entramos y creo, creeeeo, que vi unas luces seguirnos justo antes de salir nervioso, porque si nos encontrábamos en algún punto vulnerable era toda la zona del suelo. Digamos que usamos la linterna en casi todos momentos.

Salimos y caminamos de regreso al auto. En el auto respiramos con alivio en serio y muy felices porque lo logramos. Me hubiera encantado explorar las otras torres, pero a su vez sé que encontramos la esencia de Sonesta en la que visitamos. Nada se nos cayó encima, ningún animal nos mordió y no nos encontramos cara a cara con ninguna persona. Jacó, eres un 100/10.